Modernización de centrales hidroeléctricas: identificación de beneficios, barreras y recomendaciones

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Fecha
Jun 2022
La hidroelectricidad provee cerca de la mitad de la electricidad en América Latina y el Caribe (ALC). Por ello, la modernización de los activos hidroeléctricos de América Latina y el Caribe es esencial para seguir contando con un suministro de energía renovable de bajo costo. Adicionalmente, en un contexto de transición energética hacia una matriz más descarbonizada, esta modernización está también influenciada por el incremento de las fuentes de energías renovables variables en los sistemas eléctricos, el impacto del cambio climático en la hidrología, y la revolución digital. La modernización brinda la oportunidad (más allá de extender la vida útil) de adecuar las centrales hidroeléctricas a nuevas condiciones de operación en sistemas eléctricos con mayores necesidades de flexibilidad, almacenamiento y confiabilidad.
Un proyecto de modernización debe ir más allá de una simple sustitución de equipos o reparación de obras, y debe tener una visión y análisis holístico para garantizar la operabilidad y relevancia de la central hidroeléctrica en los escenarios futuros. Nuevas líneas de trabajo se pueden abrir al integrar los últimos avances tecnológicos digitales, incorporar tecnologías por bombeo o aprovechamiento hidroeléctrico en otras infraestructuras hidráulicas, y la hibridación con otras tecnologías renovables y de almacenamiento. Los impactos del cambio climático son motivo para profundizar en la seguridad de presas, evaluar la sedimentación de los embalses y mejorar el uso del recurso hídrico, además de mejorar la sostenibilidad general del proyecto.
El análisis para evaluar y priorizar proyectos de modernización de centrales hidroeléctricas debe tener un enfoque multicriterio, considerando aspectos técnicos, regulatorios, económicos y financieros, impactos medioambientales y sociales. En este análisis, la evaluación económica de un proyecto de modernización debe ser capaz de capturar todos los beneficios que pueden lograrse con la intervención, para tener una justa valoración que permita tomar decisiones acertadas frente a otras posibilidades de inversión.
Los beneficios económicos de un proyecto de modernización son múltiples. Además de la extensión de vida útil, que es el beneficio más evidente, un proyecto de modernización puede permitir: el incremento de capacidad de generación, el aumento de la energía generada por mayor eficiencia y disponibilidad de la central, mejora en la calidad y confiabilidad del suministro eléctrico (reducción de la duración y frecuencia de cortes), reducción de costos de operación y mantenimiento, y reducción de la intensidad de emisiones de carbono de la red. Estos beneficios en muchos casos pueden monetizarse, y convertirse en ingresos financieros, o en beneficios económicos cuantificables para la sociedad. Existen otros beneficios que, aunque no son directamente monetizables, deben también considerase en una evaluación, como ser: el incremento de capacidad de energía renovable y la integración de energía renovable variable en los sistemas eléctricos del país, abordar el legado social y ambiental, acceso mejorado al suministro de electricidad, acción de mitigación de cambio climático, adaptación y resiliencia climática, desarrollo local productivo y alineamiento con los objetivos climáticos y de sostenibilidad.
A pesar de todos estos beneficios, la modernización de centrales hidroeléctricas tiene barreras para su desarrollo, entre las que se encuentran: marcos regulatorios obsoletos, capacidad institucional inadecuada, términos y tiempo de la concesión de las centrales hidroeléctricas, conflictos entre los usos competitivos del recurso hídrico, mercados que no valoran los servicios auxiliares, y falta de recursos financieros. Abordar y resolver estas barreras para impulsar la modernización en América Latina y el Caribe requerirá de la participación de todos los agentes del sector hidroeléctrico tanto planificadores, reguladores, hacedores de políticas, financiadores públicos y privados, así como los operadores hidroeléctricos.
Los entes de planificación pueden contribuir a mejorar la definición de los objetivos de los proyectos de modernización a través de evaluaciones de las necesidades de los futuros sistemas energéticos y de agua. Los estudios de planificación de los sistemas eléctricos de un país deben incluir la estimación de potencial a modernizar, incluyendo la cuantificación de las necesidades de inversión en el sistema, a fin de gestionar el financiamiento oportunamente para estas intervenciones. Al mismo tiempo, los reguladores del sector eléctrico deben generar marcos regulatorios para valorar de forma adecuada la flexibilidad y almacenamiento que las centrales hidroeléctricas, y otras tecnologías, pueden proveer en un sistema con mayor variabilidad, como será el sistema eléctrico del futuro. Un marco regulatorio adecuado puede ser el principal catalizador de proyectos de modernización. Adicionalmente, la coordinación entre los entes reguladores del sector eléctrico y reguladores del recurso hídrico es clave, y tiene un papel fundamental para incentivar la modernización dentro de las concesiones, simplificar la burocracia de los permisos ambientales, y proveer directrices en la seguridad de presas.
Los organismos multilaterales de desarrollo, además de financiación, pueden dar apoyo técnico y capacitación y facilitar el acceso a fondos climáticos para el financiamiento de los proyectos. A medida que el mercado financiero evoluciona en la región, la emisión de bonos de sostenibilidad, bonos verdes y bonos climáticos puede emplearse como una de las fuentes para el financiamiento para los proyectos de modernización.
Finalmente, los operadores y propietarios son los principales actores, y su rol es esencial, comenzando por la adecuada gestión de los activos, y la recopilación y documentación de información de la operación y mantenimiento de las centrales (durante toda su vida útil), para facilitar la identificación de necesidades de modernización. Durante los proyectos de modernización, los operadores deben implementar procesos proactivamente, para optimizar el resultado en términos de transferencia de conocimientos, y garantizar la reducción de costos del proyecto, en términos de los tiempos de parada de la central. Los proyectos de modernización también brindan una gran oportunidad para mejorar otros procesos en la gestión de la central, como por ejemplo la implementación de mantenimiento predictivo, o automatización, la solución de legados medioambiental y social, además de incorporar consideraciones adicionales como hibridación con energías renovables intermitentes, u otras formas de almacenamiento.