La política migratoria de los EE.UU. y su impacto en el Triángulo Norte de Centroamérica

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Fecha
Jun 2018
El flujo migratorio los países del Triángulo Norte de Centroamérica (TN) hacia los EE. UU. es muy significativo, alcanzando un stock de 3 millones de ciudadanos de esos países que viven, en su mayoría de manera irregular, en los EE. UU. El stock de migrantes representa el 23% de la población de El Salvador, el 8% de la población de Honduras y el 6% de la población de Guatemala. Cada año, más de 300,000 ciudadanos de estos países comienzan su viaje hacia el norte con diversos grados de éxito. La dependencia de las economías de TN a los flujos de remesas es sustantiva. Las remesas representan más del 10% del PIB de estos países y más del 150% de las exportaciones de estos países a los EE. UU.El gobierno de los EE. UU. ha estado anunciando e implementando diversas políticas que podrían afectar los medios de vida y las oportunidades económicas de estos migrantes. Por lo tanto, estas políticas podrían tener implicaciones sustanciales para las economías del TN. Los canales de transmisión analizados en este documento son tres: remesas, migración de retorno y disuasión en la decisión de migrar.
Basado en resultados existentes en la literatura, este estudio formula y cuantifica escenarios alternativos sobre el impacto de los cambios de las políticas (principalmente sobre migración y mercados laborales) en los EE.UU.
Los resultados obtenidos son que las remesas disminuirían en torno al 7% debido al endurecimiento de las políticas laborales y migratorias en los EE. UU. Se observará una disminución adicional del 6% debido a la terminación del Estatus de Protección Temporal para ciertos migrantes de El Salvador y Honduras. Estos resultados se comparan con la disminución del 10% en las remesas observada durante la crisis financiera mundial de 2009. La tasa de retorno voluntario a los países aumentaría de tal forma que alrededor del 7% de estos migrantes que viven en los Estados Unidos regresarían en la próxima dos años. Además, el efecto disuasorio sería de tal magnitud que los países necesitarían crecer casi un punto porcentual adicional para absorber la oferta laboral adicional.