Seguridad vial en América Latina y el Caribe: tras un decenio de acción y perspectivas para una movilidad más segura

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Autor
Montoya Robledo, Valentín;
Santos, Claudia Franchesca de los;
Puppo, Corina;
Alonso, Francisco;
Paredes, Hernán;
Cruz, Paula;
Rodrigues, Beatriz;
Aun, Eduarda;
Pompeo, Eduardo;
Bradford, James;
Kissner, Jessica;
Williams, Judy;
Urzua, Julio;
Fletcher, Morgan;
Aguilar, Sonia;
Santos, Paula;
Schwedhelm, Alejandro;
Fernández, Eduard;
Berner, Rebbeca L.;
Brodziak, Stephan;
Rodríguez, María Fernanda;
Picard, Jeanne;
Gallego, Rosa
Fecha
Mar 2023
El primer plan del decenio ha terminado, no sin antes demostrar la importancia que revierte para el mundo el trabajo sistémico en seguridad vial en cuanto a la protección de la vida. Asimismo, se ha dejado en evidencia que no se trata de un trabajo sencillo y que la tarea no es corta; los procesos de generación de acciones, apropiación y conocimiento de una cultura de la movilidad segura toman tiempo y requieren de un gran esfuerzo por parte de todos los gobiernos del mundo. En América Latina y el Caribe (LAC), los últimos diez años mostraron que la región solamente ha logrado reducir la velocidad a la que ocurren las muertes por siniestros de tránsito, y que estas siguen siendo una tendencia creciente, principalmente por el crecimiento de la flota de motocicletas. Si bien se ha logrado concientizar, crear instituciones, planificar e implementar acciones importantes para reducir los siniestros, ALC no ha obtenido los mismos resultados que los países de altos ingresos, que han revertido la tendencia. De acuerdo con lo anterior, es posible concebir la segunda década de acción como una oportunidad para los países de ALC, una oportunidad para finalizar los procesos iniciados en estos años y de introducir experiencias exitosas y enriquecedoras de otros países de la región. Con el presente estudio el BID pretende orientar este proceso de mejora continua, resaltando las mejores prácticas y ofreciendo una visión general de cómo es posible pasar de la teoría a la práctica, siguiendo el principio de que la movilidad debe ser segura, sostenible e inclusiva, reduciendo la exposición al riesgo de todos los actores viales, especialmente los más vulnerables y manteniendo el foco en usuarios con necesidades especiales (personas con discapacidad, niños y adultos mayores).