IDB-9: Combate del fraude y la corrupción

Fecha
Mar 2013
El presente informe analiza la implementación de las medidas que ha adoptado el Banco Interamericano de Desarrollo (BID, o el Banco) en los tres pilares estratégicos de la agenda de combate de la corrupción: (i) fortalecer la prevención del fraude y la corrupción en las operaciones del Banco; (ii) apoyar los esfuerzos de la Región en materia de transparencia y lucha contra la corrupción; y (iii) asegurar que los funcionarios del Banco se conduzcan según los más altos estándares éticos. El Banco ha adoptado varias medidas con relación al primer y al tercer pilar. Para contribuir a prevenir la corrupción, el BID ha eliminado superposiciones entre las políticas y las investigaciones, mediante la creación de un Comité de Política contra la Corrupción, el otorgamiento de mayor independencia a la Oficina de Integridad Institucional y la formación de una nueva estructura de sanciones con mayor claridad y más responsabilidad. Asimismo, el acuerdo de 2011 sobre inhabilitación conjunta con otros bancos multilaterales de desarrollo ha mejorado el impacto de las sanciones que puede imponer el BID. Para contribuir a garantizar la integridad interna, el Banco ha revisado su Código de Ética y la política de protección de los denunciantes, ha mejorado la capacidad de la Oficina de Ética de aplicar dicho Código, ha agilizado la rendición de cuentas y ha adoptado otras varias medidas tendientes a armonizar el sistema con las buenas prácticas internacionales. Sin embargo, el segundo pilar -aun reconociendo que la mayoría de las intervenciones del Banco encaminadas a mejorar la gestión pública y fortalecer las instituciones pueden tener un impacto positivo en la gestión y la lucha contra la corrupción- ha recibido una atención y apoyo limitados, en parte por haber sido desplazado por otras prioridades de desarrollo y por una demanda limitada de los países. En cuanto a la prevención de la corrupción en los proyectos del Banco y la promoción de la integridad entre sus funcionarios, la nueva estructura constituye una mejora sustancial con respecto a la construida de manera gradual y poco sistemática en años anteriores. El presente informe ofrece varias sugerencias, entre las cuales se destaca la realización de una auditoría externa de la normativa del Banco referente a sus funcionarios, en particular para fortalecer la autoridad de los gerentes y la rendición de cuentas con el fin de asegurar un ambiente laboral adecuado. Sin embargo, en estos dos pilares, la prioridad es consolidar los sólidos cambios organizativos e institucionales realizados. Para el segundo pilar, el fortalecimiento de los esfuerzos en materia de gobernanza y lucha contra la corrupción en los países miembros requerirá un apoyo más asertivo por parte de las más altas autoridades del Banco, la asignación de una mayor prioridad y mayores recursos a los programas destinados a promover la transparencia y la rendición de cuentas, así como una mayor coordinación intersectorial.