Prevalencia de la violencia contra la mujer entre diferentes grupos étnicos en Perú

Fecha
Jul 2018
EDITOR
Olson, Eric L.; Pantzer, Robert; Wolfenzon, Denisse; Vélez-Grajales, Viviana
Cerca de la mitad de las mujeres peruanas de entre 15 y 49 años han sufrido algún acto de violencia por parte de sus parejas. En este trabajo se explora mediante un análisis cuantitativo de qué manera las tasas de violencia contra la mujer varían por grupo étnico y en el tiempo. A partir de una muestra representativa a nivel nacional de más de 75.000 mujeres encuestadas entre 2003 y 2012 y de una revisión de la literatura sobre la clasificación étnica en Perú, se utilizó una tipología para medir la etnicidad a partir de los antecedentes lingüísticos de las mujeres. Esto permite una caracterización étnica consistente durante todo el periodo de análisis. En esta tipología, un primer grupo lo conforman mujeres que actualmente hablan una lengua indígena en el hogar y que no usan el castellano. Un segundo grupo, denominado castellano antiguo, está compuesto por mujeres para quienes el castellano fue el idioma aprendido en la niñez y el cual sigue siendo usado actualmente, mientras que el tercer grupo, llamado castellano reciente, agrupa a las mujeres que crecieron hablando una lengua indígena pero que ahora hablan castellano. Es en este último grupo donde se encuentran las tasas más altas en todos los tipos de violencia. Esta diferencia es mucho mayor en la violencia física severa y la sexual. Esto es consistente con las predicciones del modelo teórico desarrollado en el documento donde la violencia depende del tipo de emparejamiento y donde las mujeres con un outside option menor que el de sus parejas (por ejemplo, aquellas con castellano reciente) experimentan una mayor violencia. Se muestra además que la brecha en las tasas de violencia contra la mujer entre estos tres grupos se ha mantenido constante en el tiempo a pesar de la reducción global. A partir de estos hallazgos, el documento muestra que las actuales políticas para atender a las víctimas y prevenir la violencia contra la mujer serían insuficientes ya que no están necesariamente dirigidas a los grupos con mayor riesgo de violencia, como los definidos en este documento. Esto difiere de los enfoques aplicados en otras áreas de la salud pública donde las intervenciones apuntan directamente a las poblaciones más vulnerables.