Mecanismos financieros inclusivos para la acción climática en los sectores forestal y agropecuario de Guatemala: lecciones para escalarlos

Con gran potencial de generar impactos sociales, ambientales y climáticos, Guatemala, en una década, ha creado plataformas de acceso a financiamiento climático inclusivo en los sectores agropecuario y forestal, los cuales a nivel nacional representan la principal fuente de gases de efecto invernadero. Guatemala ha accedido exitosamente a más de USD 100 millones de fuentes de financiamiento climático internacional para los sectores agropecuario y forestal, lo cual, a la fecha, ha iniciado la movilización de al menos USD 44 millones de capital del sector financiero privado. Para lograrlo, se han creado mecanismos financieros innovadores e inclusivos que abren la ruta de acceso a financiamiento a más de 450 mil personas productoras principalmente en condiciones de pobreza y vulnerables al cambio climático. Estratégicamente, se ha creado, para estos sectores, una Espiral de Desarrollo catalizada por el financiamiento climático, que acompaña el ciclo de innovación para la Acción Climática. La Espiral de Desarrollo representa un financiamiento versátil y especializado para la ejecución de la Estrategia Nacional de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (ENREDD). Esta espiral abarca desde la etapa de preparación de proyectos prototipo, el pilotaje de proyectos de arranque, el desbloqueo de capital de la industria financiera mediante proyectos de salida al mercado y de proyectos que fomentan la inversión del sector privado; hasta la etapa de desarrollo de un ecosistema ENREDD. Durante el despliegue de las etapas de la Espiral de Desarrollo, se ensayaron y validaron en el campo un abanico de modelos de financiamiento inclusivos, tales como, créditos, seguros paramétricos, garantías y aportes de capital. El acceso a financiamiento para personas productoras en pequeña escala, especialmente por medio de la gestión integral del riesgo financiero de quienes operan al margen de la formalidad bancaria, habilita la inversión en tecnologías climáticamente inteligentes que propician un equilibrio entre adaptación climática, descarbonización y prosperidad económica. El objetivo de este documento es poner a disposición del sector público y privado de los países de la región de América Latina y el Caribe, el desarrollo de un ecosistema compuesto por distintos mecanismos financieros inclusivos enfocados en temas verdes, y cuyo fin es promover el desarrollo y mejorar la calidad de vida de poblaciones vulnerables. En Guatemala se trabajó distintos proyectos con sector privado, los cuales fueron la base para el diseño de la Estrategia Nacional REDD, permitiendo robustecer el modelo y adhiriendo nuevos productos financieros para diversificar y fortalecer el ecosistema. Dichos mecanismos pueden ser aprovechados e incluso escalados y/o replicados por diversos actores en la región para fomentar la adaptación y mitigación al cambio climático, en el marco del desarrollo sostenible.