Impacto del COVID-19 en los sistemas financieros de los países andinos: lecciones aprendidas y desafíos hacia adelante

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Fecha de emisión
Sep 2023
Desde que comenzó la pandemia del COVID-19 se han presentado importantes efectos negativos en materia sanitaria y económica. Los países de la Comunidad Andina, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, no fueron la excepción a este gran impacto global. En este difícil contexto, una de las preocupaciones esenciales de los hacedores de política fue la de evitar un colapso del crédito bancario que pudiera amplificar los efectos negativos de la crisis, por ejemplo, a través de cierres innecesarios de empresas que, frente al aumento generalizado en la percepción de riesgo crediticio, no habrían podido acceder a líneas de financiamiento para su capital de trabajo. Como respuesta a la posibilidad de este escenario adverso, los países de la CAN implementaron una serie de medidas que permitieron que el canal del crédito continuara fluyendo de forma relativamente exitosa, a través de garantías públicas para líneas de crédito privado, así como el relajamiento temporal de las normas crediticias y de calidad de cartera. Los sistemas de crédito de la CAN tenían una solidez importante antes del choque del COVID-19, lo que evitó la materialización de riesgos sistémicos y permitió que las medidas de política fueran exitosas en evitar un colapso del crédito bancario. El análisis revela, que las medidas de política implementadas permitieron mantener el flujo de crédito en tres de los cuatros países, evitar deterioros en la calidad de cartera, y mantener la relación de solvencia patrimonial. Sin embargo, como era de esperarse, la rentabilidad disminuyó sustancialmente. Los resultados indican que, los indicadores de calidad de cartera se deterioraron más allá de lo que indicaban los datos, con diferencias sustanciales entre el cálculo contrafactual y el dato observado en los casos de Bolivia y Colombia. Es decir, las medidas de política implementadas permitieron que el sistema financiero no colapsara, pero los indicadores de calidad de la cartera se relajaron pudiendo no reflejar la salud del sistema financiero de acuerdo con los estándares prepandemia.