Finanzas plateadas: zona de no exclusión financiera

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Fecha
Nov 2022
Según estimaciones de Naciones Unidas, en los próximos 30 años, el número de personas mayores de 65 años se doblará de 750 millones actuales a más de 1.500 millones. Globalmente, en 2050 el porcentaje de personas mayores de 65 años pasará del 9,3% al 16% de la población. En todo el mundo se experimentará este crecimiento, pero es América Latina y el Caribe (ALC) la región que más rápidamente envejece y donde se concentrará el mayor aumento de la población de más de 65 años que pasará, en tres décadas, de representar el 9% al 19% de la población.
El envejecimiento y la diversidad van unidos. Algunas personas envejecen manteniéndose en forma, conservan plena movilidad y utilizan todo tipo de herramientas digitales hasta el final de sus días. Otras personas, en cambio, se enfrentan a nuevos retos a medida que envejecen como puede ser una menor movilidad, una reducción significativa de ingresos, pérdidas sensoriales o deterioro cognitivo. Sin obviar esa diversidad, lo cierto es que todos seguimos requiriendo productos y servicios financieros que se adapten a las nuevas necesidades que vamos encontrando a medida que vamos envejeciendo.
Sin embargo, es cada vez más evidente que hay un riesgo de “exclusión financiera” de las personas mayores por la brecha digital y por la falta de productos o servicios pensados en sus demandas particulares. Esta publicación pretende compartir algunas iniciativas en el sector financiero para adaptarse al envejecimiento. Diseminar con mayor detalle esas iniciativas servirá para alentar a otras entidades financieras a desarrollar soluciones que permitan superar la “no exclusión financiera” de las personas mayores.
Para los proveedores de servicios financieros de la región es importante centrarse en las necesidades financieras para satisfacer sus demandas básicas, reducir el fraude y proyectarse como una entidad comprometida con la inclusión financiera de todos los clientes. Ser una entidad financiera orientada a las necesidades de las personas mayores implica pensar en el tipo de atención que se va a prestar, el diseño físico de las oficinas, la oferta de productos y servicios, y la manera general en la que una entidad financiera se percibe a sí misma en relación con las personas mayores. Adaptarse a las necesidades y demandas específicas de las personas mayores puede ser un reto para las entidades financieras, pero puede representar también una gran oportunidad de negocio.