Envejecimiento y atención a la dependencia en Uruguay
Fecha de emisión
Aug 2019
Uruguay es uno de los países más envejecidos de la región. Esto, aun siendo buena noticia, impone desafíos; unos de los más apremiantes es el aumento en la demanda de servicios de apoyo a largo plazo. Según los datos de la Encuesta Longitudinal de Protección Social de 2013, el 11.5% de la población de más de 60 años tiene cierto grado de dependencia funcional, y esta proporción llega a 24% entre los mayores de 80. Este aumento de la demanda ocurre en un contexto de contracción de la ayuda informal, resultado de la creciente incorporación de la mujer al mercado de trabajo, y de la reducción de las redes familiares de apoyo.
Mediante la creación del Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC), el Estado reconoce esta realidad y asume la responsabilidad de participar activamente en la búsqueda de soluciones a los desafíos que los cambios demográficos y sociales imponen. El sistema concibe un conjunto de prestaciones dirigidas a segmentos específicos de la población, definidos con base en la edad y grado de dependencia de la persona. Dentro de las prestaciones pensadas para la población mayor se destacan: los subsidios para la contratación del servicio de Asistentes Personales (AP) y de teleasistencia, y el desarrollo de una nueva oferta de centros diurnos. Además, el SNIC se propone mejorar la calidad de los servicios, apostando a la formación y profesionalización de quienes trabajan en el sector.
A casi tres años de su funcionamiento, el SNIC ha logrado grandes avances, dinamizando la oferta de servicios formales de apoyo. Quedan, como es natural dada la dimensión del reto, desafíos a ser abordados los próximos años.
Esta nota técnica es parte de una serie de estudios sobre envejecimiento y servicios de cuidado para personas en situación de dependencia que incluye (Galiani, Ibarrarán, and Caruso Bloeck 2017; Aranco et al. 2018; Aranco y Sorio 2018; Medellín et al. 2018).
Mediante la creación del Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC), el Estado reconoce esta realidad y asume la responsabilidad de participar activamente en la búsqueda de soluciones a los desafíos que los cambios demográficos y sociales imponen. El sistema concibe un conjunto de prestaciones dirigidas a segmentos específicos de la población, definidos con base en la edad y grado de dependencia de la persona. Dentro de las prestaciones pensadas para la población mayor se destacan: los subsidios para la contratación del servicio de Asistentes Personales (AP) y de teleasistencia, y el desarrollo de una nueva oferta de centros diurnos. Además, el SNIC se propone mejorar la calidad de los servicios, apostando a la formación y profesionalización de quienes trabajan en el sector.
A casi tres años de su funcionamiento, el SNIC ha logrado grandes avances, dinamizando la oferta de servicios formales de apoyo. Quedan, como es natural dada la dimensión del reto, desafíos a ser abordados los próximos años.
Esta nota técnica es parte de una serie de estudios sobre envejecimiento y servicios de cuidado para personas en situación de dependencia que incluye (Galiani, Ibarrarán, and Caruso Bloeck 2017; Aranco et al. 2018; Aranco y Sorio 2018; Medellín et al. 2018).
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