Ecuador en transición: ¿Cómo volver a una senda de desarrollo sostenible tras el shock petrolero?

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Fecha
Apr 2019
Tras la crisis financiera que experimentó a finales del siglo pasado, la economía ecuatoriana entró en una prolongada etapa de crecimiento con estabilidad que tiene pocos precedentes en la historia del país, con importantes logros en materia de reducción de la pobreza y la desigualdad. De entre los factores que contribuyen a explicar este positivo desempeño macroeconómico y social, destacan los siguientes: (i) la dolarización formal de la economía en el año 2000 proveyó un marco de estabilidad monetaria que puso fin a las intensas presiones inflacionarias que caracterizaron a los 80 y los 90; (ii) el choque positivo a los términos de intercambio originado por los elevados precios del crudo generó una entrada de divisas que sostuvo la liquidez de las finanzas públicas y de la economía en su conjunto; (iii) el esfuerzo inversor del Estado, junto con el incremento del gasto social y las reformas implementadas en diversos ámbitos, aumentaron la dotación de infraestructura del país, generaron empleo, y aumentaron los niveles de ingresos de la población más vulnerable.

Sin embargo, el desplome de la cotización internacional del crudo en 2015, al que Ecuador llegó con un espacio fiscal muy reducido, originó un cambio de ciclo que plantea grandes interrogantes para el país. Los vientos de cola que impulsaron la expansión económica post-dolarización han desparecido, y el gobierno se está viendo forzado a reorientar la dirección de sus políticas públicas. Ecuador debe encontrar la manera de volver a adentrarse en una senda de crecimiento robusto que permita sostener y profundizar los avances sociales logrados desde el cambio de siglo. Ello requiere completar el proceso de ajuste fiscal y macroeconómico, tratando de minimizar su impacto sobre el crecimiento. Pero también requiere impulsar un cambio en la composición del crecimiento de la economía, aumentando la contribución al mismo de la inversión privada en un momento en el que existe poco espacio para que el gasto y la inversión pública sigan expandiéndose. En esta transición hacia un nuevo patrón de crecimiento, la política social también debe jugar un rol importante para mitigar el riesgo de que la difícil coyuntura macroeconómica por la que atraviesa el país se traduzca en un aumento de la incidencia de la pobreza.

El presente documento ofrece una visión sobre cómo Ecuador podría sentar las bases para que su economía recupere el ritmo de crecimiento que el país necesita para seguir mejorando las vidas de sus ciudadanos. A tal efecto, se plantea un menú de intervenciones articuladas en torno a tres objetivos estratégicos: (i) fortalecer las finanzas públicas; (ii) dar continuidad a los avances sociales de la última década; iii) aumentar la productividad y fomentar el desarrollo del sector privado.
Ecuador tiene un futuro promisor por delante, y el BID estará apoyando ese futuro desde las políticas públicas del presente, con énfasis en lograr la aceleración del crecimiento y del bienestar con una decidida contribución del sector privado.