Adaptable, pero no por diseño: Transferencias monetarias en América Latina y el Caribe antes, durante y después de la pandemia del COVID-19

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Fecha
Nov 2021
La crisis socioeconómica asociada con la pandemia volvió a colocar a los programas de transferencias monetarias en la parte superior de la agenda política. La crisis reveló que los sistemas de apoyo de ingresos en la región de América Latina y el Caribe (ALC) eran fundamentales e insuficientes. En este documento, presentamos estimaciones novedosas de la cobertura y la distribución de beneficiarios de todas las transferencias monetarias no contributivas antes y durante la crisis del COVID-19. Las estimaciones previas a la pandemia son útiles para mostrar el grado de preparación en la región, y las estimaciones de 2020 analizan la magnitud de la respuesta política. Si bien la literatura anterior ha analizado la cobertura y la filtración de las transferencias monetarias condicionadas en efectivo y las pensiones no contributivas, somos los primeros en estimar la cobertura y la filtración durante la respuesta a la crisis del COVID-19. Además, somos los primeros en ampliar el enfoque a todos los programas de transferencias monetarias no contributivas en efectivo, incluidas aquellas que son cuasi universales y/o no condicionadas. Este es el enfoque más apropiado cuando el objetivo es evaluar la capacidad de brindar protección a grupos de población más grandes (incluidos los vulnerables) y contra la pobreza transitoria causada por shocks sistémicos (como pandemias o eventos climáticos extremos, que pueden volverse cada vez más frecuentes debido al cambio climático). A partir de los datos de las “Encuestas de hogares Armonizadas de América Latina y el Caribe” del Banco Interamericano de Desarrollo, que ahora brinda una cobertura más completa de los países del Caribe, demostramos que antes de la pandemia, las transferencias de efectivo no contributivas cubrían el 26% de la población en los 17 países con datos disponibles. La cobertura promedio de la población de pobreza extrema, pobreza moderada y vulnerable fue de 56%, 43% y 28%, respectivamente. Durante la crisis, los gobiernos de ALC implementaron 111 nuevas intervenciones de transferencias monetarias, aumentando la cobertura promedio al 34% de la población en 12 países con datos disponibles. La cobertura promedio se incrementó entre los moderadamente pobres (50%) y la población vulnerable (37%), mientras que se mantuvo sin cambios entre el grupo de pobreza extrema. En perspectiva hacia el futuro, los países de la región están llamados a reformar sus sistemas de protección social para hacerlos más flexibles, eficientes y sostenibles, e incluir estrategias que brinden protección contra shocks. En este sentido, los sistemas de protección social resilientes y receptivos pueden contribuir a la lucha contra el cambio climático y apoyar una transición justa hacia sociedades con cero emisiones netas. Estos esfuerzos también deben incluir medidas para cerrar la brecha histórica de cobertura entre los más pobres.